- envidio que puedan vivir despojados de lo material.
- envidio que no necesiten tener una relación enferma con la planchita para el pelo.
- envidio que puedan ir a trabajar vestidos como el culo.
- envidio que no necesiten treinta tipos de crema para la piel y el pelo.
- envidio que puedan vivir temporadas enteras hacinados en carpas, tomando cerveza y viviendo en bosques o playas..... podría seguir con una interminable lista... pero bue.
Hoy llamé a una "artesana" que hace remeras.
Tenía que hacer el cambio de un regalo que me hicieron para mi cumple. Le hablé a su celular y la muy turra me dijo que estaba en Uruguay, que volvía en marzo y que no había ningún problema,que guarde la remera y en 3 meses hacíamos el cambio!!!!
La odio. Ella trabaja en la playa de Rocha vendiendo cosas y yo acá fumándome enero, febrero y marzo en la ciudad encerada en la oficina ordenando biblioratos!!!
Como yo estoy convencida de que la envidia sana no existe, me quedaré acá en Baires esperando a que mi ola vengadora de mar uruguayo, pase cerca del perchero de ropa pintada y se lleve consigo alguna que otra ropita coloreada y haga así un poco justicia con esta humilde y envidiosa trabajadora urbana.
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