sábado, 4 de diciembre de 2010

Wonder Woman

Hoy decidí finalmente empezar a utilizar la bendita y controversial bicisenda de la que tanto han hablado en el último mes. Dejé  el subte y el colectivo y realicé  en mi bella bicicleta, los más de 6 km que separan  mi casa de la oficina en el centro Porteño. 
Salí de joguineta y remera vieja. Entré al baño más cercano que encontré, y a lo Linda Carter en su versión más berreta y lenta, me convertí en Señorita Oficinista.
Creo que voy a tener que adaptar mi guardaropas laboral para sobrellevar mis días en bici durante el verano, porque esto de andar con doble personalidad no creo que me vaya a funcionar.

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