El viernes pasado mi cena fue interrumpida por los ruidos molestos de mi vecino del tercer piso. No me molestó la música a todo volumen, lo terrible era que el disco que estaba pasando era uno de Memphis la Blusera, banda que considero directamente una pedorrada.
Ante mi espanto por el mal momento que estaba pasando, decidí asomarme por mi balcón para verle la cara al desgraciado y poder tal vez intercambiar algún comentario buena onda para que baje un toque el volumen. Pero lo que vi me dejó perpleja y sin ánimos de quejarme de nada. El muchacho (al que no le conozco la cara) tenía una bella, alta y glamorosa planta de Cannabis.
Pensé este chico me cae bien. Opté por cerrar la ventana, poner más alta TV y dejar que todo se pase. En una de esas algún día me convide con un poquito de su cosecha. Eso si, Roguemos que para ese momento el muchacho haya decidido cambiar la música blusera berreta por algún compiladito de Sumo y bob Marley o de alguna otra banda rockera que sepa acompañar una buena noche TeHacheCera
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