miércoles, 15 de abril de 2015

La vuelta

Pensé que este blog estaba liquidado, pero los clásicos nunca mueren y de alguna manera este blog siempre fue un pequeño espacio donde hacia mis descargos de la vida. Je. Y hoy es un buen día para sacar mi mal humor y ver si esto me ayuda a pensar mis problemitas, jaja.

Hace mucho salí de viaje, en diciembre del 2013. Viaje mucho, desde México a Chile, pasando por toda la bella Centroamérica y caminando la cordillera de los Andes. Muchas cosas pasaron, que no puedo exponer en este pequeño post. El viaje cambió mi vida, mi forma de mirar las cosas. Aprendí a estar realmente sola, bah, en realidad siempre estamos solos, pero esta vez se materializó en todos los aspectos de mi vida. Conocí personas increíbles que me cambiaron la vida, y hermanos que la vida me regalo de diversas nacionalidades y digo hermanos pensando en que las ideas si uno las repite nunca mueren. Quisiera que todos ellos sigan acompañándome de alguna manera en mi camino. Se que es una tarea difícil, pero hago el intento, hacemos mejor dicho, ellos y yo.

Quise volver, estaba cansada, necesitaba descansar. Pero ahora que ya estoy acá instalada puesta en funcionamiento, siento  que con cada día que pasa, pierdo una oportunidad. No hay nada en esta ciudad por ahora que estimule mis sentidos. Mi cámara de fotos, que fue la gran compañera de mi viaje, duerme en un cajón de mi vieja casa de chacarita. Y eso que la extrañé, a Buenos Aires digo. Soy porteña de ley, y ciertos aromas de Buenos Aires me cautivan en mis recorridas en bicicleta, pero así y todo Buenos Aires y su gente me pesa. Maria Elena Walsh en su tema "Serenata para la tierra de uno" lo dice clarito y sin rodeos, por supuesto que lo hace en un contexto de dictadura y lo piensa con absoluto dolor, pero de alguna forma a mi me pasa algo parecido; dice así "Porque me duele si me quedo, pero me muero si me voy, por todo y a pesar de todo mi amor yo quiero vivir en vos". 
Buenos aires, ja. me quejo me quejo, pero siempre termino hablando de ella. Acá descubrí todo, acá le di forma a mis deseos, acá me formé y me otorgó las herramientas para salir al mundo. Aprender de la rudeza de la ciudad. Cada vez que pisaba una ciudad nueva, el método comparativo que hemos aplicado tanto en ciencias sociales salía a pasear conmigo. Comparaba mi ciudad y me enorgullecía de algunas cosas, de su gente, de su frescura, de sus calles arboladas, sus empedrados, su accesibilidad. En fin, Buenos Aires siempre ganaba. Sin embargo ahora me pregunto porque no encuentro nada. Psicologos abstenerse, se que él problema lo tengo yo. Lo sé, pero bueno como buena geografa me permito desligarme de mis problemas y traspasarlos al concepto de lugar. Perdonen, en cuanto consiga trabajo buscaré psicólogo. Por ahora y como dicen en Colombia PAILA, nada que hacer.!


Buenos Aires sin un mango es complicada. Y me siento encerrada al no poder salir y ver una montaña. No esta la adrenalina de subir a un micro y saber si vas a llegar bien a destino. No hay platos nuevos en mi mesa, se acabaron los atardeceres mágicos. Durante mi viaje me sorprendía con las historias de la comunidad de viajeros que están hace años dando vueltas como aves de paso. Dude siempre de esa capacidad, pensaba que me resultaba una locura pensar en un viaje tan largo... y hoy sin embargo acá estoy sentada en mi escritorio rodeada de dudas, acostumbrándome a mi neurosis de geografa viajera. Buscando trabajo, sin saber por donde va la cosa. Re-preguntándome en que soy realmente buena... y siempre llego a la misma conclusión: SOY UNA EXCELENTE VIAJERA. nada más, no tengo más capital que ese. Lo disfruto, lo hago con placer, lo hago bien. No hay nada más que me llene tanto como la experiencia del viaje. Quisiera ser una excelente escritora, quisiera ser una documentalista, me encantaría poder dar vueltas intentando construir un relato que de cuenta del verdadero viaje. Pero no soy ninguna de esas cosas. Solo soy una viajera encerrada en una departamento de chacarita, buscando la forma de salir a volar!


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