viernes, 22 de marzo de 2013

Sin palabras, no se que decir... de verdad...

Yo soy de esas personas que puede pasarse meses dudando y debatiendo cualquier tipo de decisión, sea o no trascendente para mi vida.
Lo digo porque esta semana sucedió algo rarisimo que aun estoy intentando decodificar.

Como no tengo muy claro la fecha de mi posible y añorado viaje por la américa profunda, y para no des- oir la palabra de mis amigos y conocidos que "me quieren bien", decidí en menos de tres días y sin pensarlo mucho anotarme en una maestría, cosa de por lo menos no perder un cuatrimestre  ¿?. Yo no tenía ni pensado estudiar, pero aparentemente en este mundo hipócrita, neoliberal y sádico te piden siempre tener algo más o mejor que el otro-- pues bien, lo decidí en medio de una aburridisima tarde de oficina, atendiendo llamados telefónicos y buscando la receta de la Cheesecake con frutos rojos .  Llamé a la universidad que todo el mundo me había recomendado, consulté sobre los papeles que debería llevar, averigüé en mi trabajo si podía aplicar a una beca, me dijeron que estaba muy fuera de termino, pero que lo iban a intentar. Junté los papelitos, arme una cartita, deje todo en la Universidad, deje los papeles de la beca, mande 1 mail y en menos de 36 hs ya me habían aceptado, mandado el programa, los horarios de las materias, la pila de  información aburrida, los requisitos para ser alumno regular, los horarios de tutorías y las fechas para presentar la tesis de maestría. Listo:
En 1 semana empiezo.  Sentenciada. Sin anestesia, ni periodo de adaptación, así tranquila y sin hacer mucho ruido me metí (¿Para que????)

                                    nuevamente en el mundo paralelo, bizarro , esclavizante y culpogeno  de la  Facultad.




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