miércoles, 8 de febrero de 2012

Chau me fui...

Odio hacer la valija.
Me deprime, me confunde.
Siempre tengo miedo de que llevar y que no.
Intento pensar distintos momentos para usar una prenda o algo en particular.


Logré caracterizar distintos estilos y formas de vestir según un instante en el viaje real.  Ahí se me complica el alma pensando en todas las huevadas que una chica de 31 puede imaginar.


Después sigo con la cremas: dudo, vuelvo y lo repienso, saco algo del bolsito de higiene, lo vuelvo a poner,  cambio productos. También me ocupo del tema embases; un buen viajero sabe que el tamaño y el tipo de envase de un producto, son la diferencia entre un viaje feliz o no. Un embase con un pico incorrecto mancha, se abre en el bolso, ensucia el maquillaje, moja las cajas de lo medicamentos, contamina, aburre y por sobre todas las cosas te hace siempre sentirte una boluda.


Creo que este es el inicio de un relato que mañana va a comenzar. Me compré un cuaderno lindo (cosa que no hago desde hace 10 años atrás) de papel reciclado, esos que venden en ferias orgánicas de la Chacarita, con el tamaño perfecto y la estética que quiero para mi viaje, tiene señalador, le puse un ganchito para llevar papeles extras, espero hacer con el algo útil... 


¿será?

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