1) el apodo de CARETA que me propinó mi amiga Julia cuando le conté de la novedad.
2) el diagnóstico irrefutable que me hizo dar cuenta de lo adictivo y nocivo que puede ser para mi persona vivir conectada a un aparato de semejantes características.Dicho estudio lo obtuve luego de la paciente observación que realicé durante una semana a las conductas de mis allegados, que ya son poseedores de esta tecnología.
y 3) La caída ininterrumpida de mi teléfono -que en una semana voló por los aires más de una vez- cayendo incluso desde una terraza hacia el patio interno de una casa chorrizo.
El efecto Laura-Mano-Caca nuevamente me salvó de tirar mi dinero a la basura, porque esta claro que ni los puntos 1 y 2 hubieran evitado semejante tragedia en mi vida.
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